Originario de Creta, el membrillo es un fruto de otoño muy popular en la cocina catalana. Modesto en proteínas, pero rico en fibras, presenta una piel terciopelada y gruesa, y amb la pulpa muy ácida y dura: normalmente se confita.
Nosotros lo servimos como entrante en una ensalada, y también, como postre acompañado de un queso de cabra semicurado de Tona.